Hay padres separados que, tras la separación, se empeñan en mantener una permanente conducta beligerante con su ex pareja. Y digo padres y no madres, que también las habrá, aunque, mi estadística personal está más nutrida de casos referidos a aquellos que a éstas.
Los padres que así actúan no se dan cuenta de que si para un hijo, para una hija, ya es tremendamente doloroso vivir repartido entre sus dos progenitores, tal dolor se incrementa exponencialmente cuando, además, percibe, ve, que sus padres son incapaces de llevarse bien. Y este dolor es todavía mayor y más destructivo para ellos cuando en esa permanente guerra, el padre que así la mantiene, fundamenta su comportamiento con su ex pareja en amenazas, intimidación, coacción y falta de respeto. Pero aún siendo estas conductas inadmisibles desde cualquier punto de vista, y que, por otra parte, impiden que exista una línea clara de actuación conjunta en aras de la adecuada formación, educación y crecimiento de los hijos, no es lo que, en definitiva, más importa, sino el daño que ello produce en el hijo, en la hija, ya que las pobres criaturas que se desarrollan bajo este ambiente se ven, tarde o temprano, impelidas a la inconsciente necesidad de tener que mediar y, dadas sus escasa capacidades para ello, sean de temprana edad o no, a verse en la dolorosa y, a la par, difícil tesitura de tener que elegir entre uno u otro, para resolver internamente el conflicto que se le ha creado -es un mecanismo de defensa que se suele desplegar para no estar permanentemente en la desestructurante disonancia afectiva y emocional que estas situaciones generan para quien las padece, aunque no es otra cosa que salir del paso, defenderse, pues en el fondo el desequilibrio emocional permanece, tal y como en la práctica clínica se puede apreciar-. La experiencia clínica, también, muestra que estas criaturas se muestran hipervigilantes, excesivamente responsables, culpables e impotentes ante acontecimientos emocionales que en su vida surgen, y que son de una importancia fundamental para su existencia.
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