Más comunicados, más aislados

Jose María Cales De Juan • nov 25, 2023

Me resulta triste darme cuenta de que estamos perdiendo la capacidad de observar con interés y curiosidad la realidad que nos circunda, y que hayamos también perdido esa capacidad de escuchar con interés a nuestro interlocutor, mostrándole, con nuestros gestos y con nuestra actitud, que lo que nos cuenta, por nimio que sea, nos interesa, porque para él, para ella, al contárnoslo, es importante.
Tengo la sana manía de sentarme en una terraza delante de un café y observar - es algo a lo que no deseo renunciar-. En ésta, en la que ahora me encuentro, veo pasar a gente con demasiada prisa, hablando a nadie físico (intuyo que mantienen alguna conversación con alguien que está detrás de esos pinganillos que se han puesto en las orejas porque, de lo contrario, como en épocas anteriores, habría que calificarlos de locos, por hablar solos). Gesticulan en demasía y andan muy rápido. Otros pasean, igual de rápido, mirando el teléfono móvil. Algunos pasean con sus perros; el perro tirando y ellos tirando del perro para poder alcanzar el teclado de su móvil (escriben a alguien, intuyo, mientras sonríen; se ríen solos, como los locos de antes).
Otros, igualmente pendientes de su móvil, se acercan al paso de cebra cercano y, cuando están en el borde de la acera para cruzar y ven que un coche por poco les arrolla, levantan la cabeza asustados, para ver si el muñequito del semáforo está en verde o en rojo. Parejas que pasean como ignorantes el uno del otro.
Pero, lo que más me llama la atención es, cuando mirando a las mesas que tengo alrededor, las conversaciones que se mantienen son atolondradas, interrumpiéndose a cada segundo. Uno habla y otro está pendiente del teléfono móvil. No hay contacto visual ni de otro tipo, pareciendo mostrarle al otro que lo que ocurre en esa pantalla de 6” o más, es lo más importante.
Sólo, en una mesa cercana, donde está sentada una pareja mayor, sin aparatos electrónicos visibles, veo que hablan sin interrumpirse, respetando los tiempos del otro, mostrando curiosidad e interés por lo que el otro está diciendo, con una actitud de escucha que me parece admirable, me llama la atención y me produce paz.


Un Calendario de Adviento Gestáltico
Por Jose María Cales De Juan 29 nov, 2023
Desde GestaltUned hemos elaborado este Calendario de Adviento Gestáltico, que ahora te dejamos, con la idea de que pueda servirte como fuente de conocimiento personal. Es un trabajo que ha ideado, diseñado y desarrollado un pequeño grupo de estudiantes del curso en su Promoción 2023 (todas mujeres). Lo compartimos ahora. Por supuesto, está libre de derechos, así que siéntete libre de difundirlo como mejor veas.
Por Jose María Cales De Juan 25 nov, 2023
Abrimos la Edición 2024 de nuestra formación en breve. No te la pierdas
Por Jose María Cales De Juan 25 nov, 2023
Me resulta triste darme cuenta de que estamos perdiendo la capacidad de observar con interés y curiosidad la realidad que nos circunda, y que hayamos también perdido esa capacidad de escuchar con interés a nuestro interlocutor, mostrándole, con nuestros gestos y con nuestra actitud, que lo que nos cuenta, por nimio que sea, nos interesa, porque para él, para ella, al contárnoslo, es importante. Tengo la sana manía de sentarme en una terraza delante de un café y observar - es algo a lo que no deseo renunciar-. En ésta, en la que ahora me encuentro, veo pasar a gente con demasiada prisa, hablando a nadie físico (intuyo que mantienen alguna conversación con alguien que está detrás de esos pinganillos que se han puesto en las orejas porque, de lo contrario, como en épocas anteriores, habría que calificarlos de locos, por hablar solos). Gesticulan en demasía y andan muy rápido. Otros pasean, igual de rápido, mirando el teléfono móvil. Algunos pasean con sus perros; el perro tirando y ellos tirando del perro para poder alcanzar el teclado de su móvil (escriben a alguien, intuyo, mientras sonríen; se ríen solos, como los locos de antes). Otros, igualmente pendientes de su móvil, se acercan al paso de cebra cercano y, cuando están en el borde de la acera para cruzar y ven que un coche por poco les arrolla, levantan la cabeza asustados, para ver si el muñequito del semáforo está en verde o en rojo. Parejas que pasean como ignorantes el uno del otro. Pero, lo que más me llama la atención es, cuando mirando a las mesas que tengo alrededor, las conversaciones que se mantienen son atolondradas, interrumpiéndose a cada segundo. Uno habla y otro está pendiente del teléfono móvil. No hay contacto visual ni de otro tipo, pareciendo mostrarle al otro que lo que ocurre en esa pantalla de 6” o más, es lo más importante. Sólo, en una mesa cercana, donde está sentada una pareja mayor, sin aparatos electrónicos visibles, veo que hablan sin interrumpirse, respetando los tiempos del otro, mostrando curiosidad e interés por lo que el otro está diciendo, con una actitud de escucha que me parece admirable, me llama la atención y me produce paz.
Por Irene Poza Rodríguez 25 nov, 2023
¿Quién es el creador de la Terapia Gestalt? Este tipo de orientación sobre la psicología del ser humano nace en Alemania en los años 40 de la mano del médico Fritz Perl. Se encuadra dentro del movimiento denominado Psicología Humanista que se va a caracterizar por promover el crecimiento personal hacia la población en general con el fin de favorecer el bienestar más allá de la dedicación a la psicopatología como años atrás. Fritz fue un personaje que destacaría por su gran motivación en su afán de búsqueda del entendimiento de la persona. Tuvo la oportunidad de tener amistad y contacto con grandes autores del mundo intelectual de su época, de ellos enriquecerá al modelo de la Gestalt aportando para sí enseñanzas del mundo de la filosofía, física cuántica, etc. Este compendio de conocimientos hace que los terapeutas especialistas en terapia Gestalt en Madrid dispongan de técnicas de mucha utilidad en la ayuda de sus pacientes o clientes. ¿Sabes el significado de la palabra Gestalt? Es una palabra de origen alemán, sin embargo en nuestra lengua castellana no disponemos de una palabra que tenga un significado exacto para su traducción. En concreto viene a simbolizar que –el todo es más que la suma de sus partes- y esto nos da una guía para entender el malestar psicológico. Síntomas derivados de estados de: ansiedad, estrés, depresión, tristeza, frustración, etc. solo podremos transformarlos si los observamos como parte de una situación y configuración de la personalidad de una persona en una situación concreta. ¿En qué se diferencia la Terapia Gestalt de otras corrientes de psicología? Para el psicólogo con especialidad Gestalt el asunto que provoca el sufrimiento en el paciente no es un hecho aislado y por tanto no se tratará como tal. Por ejemplo, una persona que describe un conjunto de creencias negativas sobre sí misma o la vida que tiene, además de tener como objetivo que tales creencias desparezcan, necesitará indagar sobre el origen y nacimiento de esas creencias particulares, qué emociones generan a nivel afectivo y el correlato a nivel de síntomas físicos que manifiestan. Se necesita una absoluta toma de conciencia por parte de la persona para que conozca cómo se presenta su malestar para así poder transformar y originar unas creencias más sanas. La terapia Gestalt te ayuda a conocer tus mecanismos de defensa: si quieres cambiar tu vida tendrás que ampliar el conocimiento de ti mismo. Es inevitable continuar sufriendo o quedarse atrapado en una situación cuando aparece la culpa, la vergüenza, etc. No olvidemos que las personas necesitamos del vínculo con el otro, con los otros, para sobrevivir teniendo su origen en la infancia es así como construimos el sentimiento de pertenecía. Para adaptarnos al medio en el que nos hemos criado, desarrollamos una serie de mecanismos que en ocasiones dejan de sernos funcionales y hemos de reajustarlos. Los principales mecanismos que desde la terapia Gestalt intentamos descubrir son los siguientes: • Proyección (qué rasgos de mí que no acepto se los adjudico al otro). • Introyección (qué normas sociales o de mis referencias de modelos de autoridad no me permito desafiar pese que me hagan daño). • Confluencia (cuando confundo mi necesidad quedándome sumergido en la necesidad del otro). • Retroflexión (todos aquellos actos de no cuidado hacía mi). Descubrir más sobre cómo ocultamente te expresas a través de tus mecanismos te facilitará tener una relación más sana contigo mismo. ¿Qué técnicas uso en mi consulta de psicología en Madrid y online? La silla vacía, investigación de los sueños, la expresión de las emociones mediante recursos como la escritura y el dibujo, psicodrama, bioenergética, desarrollo del genograma, etc.
Por Irene Poza Rodríguez 25 nov, 2023
Lo primero que me he preguntado para redactar esta nota sobre la culpa, ha sido: ¿en qué momentos sentimos culpa?
Nuevas recomendaciones
Por Irene Poza Rodríguez 24 nov, 2023
¿Cuál es la sensación que nos conecta con el aburrimiento? Cuando escucho a grupos conversar acerca de esto, generalmente, relacionan el “estar aburridos” con la falta de actividades, con el no hacer. Sin embargo, hay cierta sensación de cansancio de ánimo que nos habla más de un aburrimiento interno que externo, el que por más que nos invadan un exceso de tareas, nos persigue a toda hora, convirtiéndose en nuestra sombra. Es el que marca una falta de estímulo, de distracción. Es un indicador de insatisfacción de nuestras necesidades o inquietudes internas. Este sentimiento de desinterés o de estar viviendo un “eterno esperar” es el punto de partida y necesitarás el coraje del protagonista para entrar en acción ¿Conoces tus deseos internos? El aburrimiento se convierte en una experiencia necesaria y saludable para regresar a eso que somos en realidad, practicar el autocuidado y conectar con la creatividad. Este trabajo para convertirnos en nosotros mismos es lo que hacemos en terapia. Aprender a aceptarla vida como un TODO, que es diferente a resignarse, en donde el VACÏO del aburrimiento puede entrar y salir, pero nunca y de ninguna manera tendrá permiso para instalarse. Entonces, ¿cuál es el valor de este VACÍO?
Por Jose María Cales De Juan 24 nov, 2023
No suelo pensar mucho en mi vejez, en cómo estaré, en qué circunstancias de la vida viviré, en si sufriré o no al final de mis días o en el último tramo de ella, incluso en si llegaré a ella. En nada de esto invierto especial tiempo. Pero si alguna vez vuelvo la mirada hacia ese periodo de mi vida, que está todavía por llegar y que llegará cuando le corresponda, si es que llega, en mí se despiertan algunos deseos: el deseo de no molestar ni entorpecer la vida de nadie, el de no ser tratado como un sordo -que probablemente lo estaré- hablándome, por generalización, a gritos o con voz fuerte y proyectada. Y el deseo de que no me den explicaciones superficiales y obvias, como una piedra que en el discurrir de su vida nada ha aprendido; como un vegetal al que la naturaleza le ha negado la posibilidad de pensar; de darse cuenta de su condición y limitaciones, de sentir la vida, aunque de manera algo diferente; de comparecerse y de tener el derecho a ser tratado como persona tras tantos años de luchar por serlo. Otra cosa es que la vida me haya enseñado la prudencia, que entrar en reclamos sólo alimenta mi ego y hace más complicadas las relaciones. En definitiva, deseo que se comprenda que mi actitud, si bien pueda acabar asentada en el silencio y en la prudencia, para nada estará carente de emociones, de sentimientos y de una particular manera de sentir y de ver la vida, que ella misma me habrá enseñado.
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